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Estamos inmersos en una guerra abierta, y la inmensa mayoría de los creyentes no se aperciben de mucho. Viven ensimismados, en su cotidianidad y sus quehaceres. No se dan cuenta de que el enemigo planea sobre sus cabezas, proyectando su sombra de muerte lo más negra que se le permita, y sin embargo
El diablo teme al cristiano que ora, intercede, echa fuera demonios, pero se ríe del cristiano distraído. Ese tipo de cristiano no supone ningún tipo de amenaza para el enemigo de nuestras almas.
Un ejemplo claro del cristiano distraído es el de la iglesia de Laodicea (Ap. 3: 14). Los laodicenses andaban más que distraídos en su propia autosuficiencia, en su propio error de pensar que todo lo tenían, y que no necesitaban nada. Vivían inmersos en la trampa de la vanalidad, y de la autocomplacencia, esta es una de las principales distracciones.
El cristiano espiritualmente dormido, no es un peligro para el enemigo. Hay muchas maneras de dormir al creyente, una de ellas es diciéndole que prestar atención a las obras del diablo, o hablar sobre el diablo, es darle la gloria al diablo, y que por lo tanto, lo mejor es ausentar de nuestras conversaciones, predicaciones, enseñanzas, etc. todo lo concerniente a su influencia y labor. El cristiano entonces, se aletarga espiritualmente, y deja de luchar, ¿para qué luchar, si el diablo ya fue derrotado en
William Schnoebelen, en su libro “Lucifer destronado”, dice lo siguiente: <
Una de las obras sutiles pero extremadamente dañinas que el diablo usa hoy en día cada vez con mayor profusión, es a través de una fiesta; una fiesta que originalmente, para los países latinos, tanto americanos como europeos, era absolutamente foránea, y se llama Halloween. Nos detendremos aquí para estudiar bien de cerca que es, que representa, que pretende ser y qué es de hecho Halloween, y veremos como el enemigo nos ha distraído a muchos con esta cuestión que está resultando tan enormemente dañina.
Orígenes de Halloween
Halloween, originalmente fue un festival que celebraban los celtas hacia el año
Esos brujos de maldición iban de casa en casa, exigiendo toda clase de alimentos y otras cosas para su consumo y ofrecerlo a su “dios de la muerte”. Si la gente del pueblo no les daba esos alimentos que ellos exigían, éstos echaban un hechizo diabólico sobre sus casas, cuyo efecto era la muerte de uno de los miembros de la familia.
Llevaban en ese día consigo un gran nabo hueco y con una cara grabada en la parte frontal, que representaba el espíritu satánico del cual dependían para obtener poderes y conocimientos. El nabo estaba iluminado por una vela dentro de él, que era usado como linterna cuando iban de casa en casa por la noche. Cuando esta práctica llegó a América, en los siglos XVIII y XIX, los nabos no eran tan abundantes; el vegetal nativo que lo sustituyó fue la calabaza.
Halloween, la principal fiesta satanista del año
Hoy en día, el mismo espíritu de exaltación del mal sigue presente en esa fiesta, por mucho que se pretenda disimular. Al diablo le encanta hacer daño a través de lo aparentemente ingenuo e intrascendente. Un hecho eminentemente comprobado, es que cada 31 de octubre por la noche, se realizan actos satanistas con sacrificios humanos, sobretodo de bebés, violaciones de niños y adultos, y todo tipo de reuniones relacionadas con la exaltación del mal, donde la sangre corre a raudales. Y con todo ello, una inmensa mayoría de cristianos duermen.
En vez de ponerse a orar e interceder contra todo esto, muchos incluso participan ingenuamente de ese festival, permitiendo que sus hijos se disfracen de brujas, de esqueletos, de demonios, etc., y jueguen al triste y lamentable “trick or treat” (Truco o trato), que no era otra cosa originalmente que maldecir, matar y robar a la familia que no se prestaba a sus exigencias de la manera que vemos a continuación:
Los druidas recorrían casa por casa del vecindario reclamando un niño o una virgen, y entre gritos desgarradores, se consumía el sacrificio. A las víctimas se les arrancaba la cabeza, y ésta era clavada en una lanza. Otras eran quemadas vivas en la hoguera.
Si la familia cumplía con la entrega, los druidas dejaban un gran nabo hueco con una vela encendida en su interior, para prevenir que los demonios entraran y mataran esa familia. A eso se le consideraba el “trato”.
Pero si la familia se negaba, entonces esos brujos sanguinarios marcaban la puerta de la casa, y esa noche satanás tenía entrada libre para destruir esa familia, es sería el “trick”, es decir, el “truco”.
Muchos dirán que eso ya es cosa del pasado, pero se equivocan. Cada vez la fiesta de Halloween tiene más arraigo, más fuerza, y cada vez más se está expandiendo por todas partes, como por ejemplo en España, cuando hace unos pocos años era totalmente desconocida. ¿Por qué hay tanto interés en expandir Halloween? Además del consabido negocio que los comerciantes no quieren dejar de conseguir, existe otra razón, mucho más siniestra. Es bien sabido que la noche de Halloween es la más importante del actual calendario satanista.
Un testimonio de primera mano lo tenemos de boca de una ex satanista, la que fue la más grande de las brujas en el oeste Europeo y las islas Británicas, quien se convirtió a Cristo, Doreen Irving. Esta, ahora ya hermana en Cristo, dijo que si los padres cristianos tuvieran alguna idea de lo que realmente es Halloween, ni siquiera mencionarían esa palabra frente a sus hijos, ya que todo lo que ella conlleva es muerte y miedo.
No es fábula
Para muchos, Halloween es tan sólo una fiesta de disfraces donde los niños salen a las calles en busca de dulces y regalos; la realidad es totalmente diferente.
Una hermana en Cristo me describió una visión que tuvo en el contexto de Halloween. Me contó que de forma muy clara había visto un pantano de aguas negras, y en la orilla, mucha gente divirtiéndose. Había adultos y niños, disfrazados con los atuendos típicos de esa fiesta, y la sorpresa fue que eran ¡cristianos! Eran cristianos con sus hijos pequeños, celebrando Halloween. No se percataban del peligro, eran totalmente ajenos a todo ello. Este es el problema, cuando el cristiano vive de forma ajena, de espaldas al mal, sin combatirlo, sino más bien conviviendo con él haciéndole un guiño.
Dejemos de estar distraídos y dejemos de dormir. Veamos como de forma efectiva combatir ese mal en términos espirituales, así como todos los demás. No olvidemos que sí tenemos lucha contra las tinieblas (Ef. 6: 12).
Tenemos lucha contra las tinieblas
En muchas ocasiones, nos enfrentamos a circunstancias como esta y no sabemos que hacer. Por tal motivo, podemos dar algunas pautas que pueden ayudarnos a llegar adelante una acción ofensiva en el ámbito espiritual.
Sabemos perfectamente, que a lo largo del mes de Octubre, los satanistas profesan una gran actividad maléfica. Más concretamente, en la noche del 31 de octubre, todos los satanistas se reúnen a nivel mundial para adorar al diablo, renovar pactos, maldecir a los cristianos, invocar espíritus inmundos, activar demonios, como le llaman, hacer sacrificios humanos, etc.
Lo que nosotros debemos hacer como verdaderos hijos de Dios es lo siguiente: Primeramente <
Segundo: <
La oración de guerra, no es repetir de memoria ciertas palabras. El diablo sólo va a huir, si usted es un hombre o una mujer consagrado a Dios. Nunca olvide, que Satanás, ve cuanto de Dios hay en usted. Por otro lado, no tenga temor, Cristo ya le venció en la cruz del Calvario. Recuerde
Vivimos en unos días en los cuales no nos podemos permitir el lujo de dormir la siesta espiritual. Hay que estar vigilantes, porque el enemigo se ha levantado como río. Pero damos gracias, porque cuando el maligno eso hace, el Espíritu de Jehová, levanta bandera contra él (Is. 59: 19b). Tenemos la victoria segura con Jesús.
Me gustaría acabar aquí dando una pequeña directriz muy práctica. Sería muy deseable, consiervos y hermanos, que en estos días, y más aún desde la víspera hasta el fin del 31 del corriente, nos pusiéramos en oración y ayuno. Debemos orar que Dios tenga misericordia de todos esos niños, jóvenes, vírgenes, hombres y mujeres que son atrapados con la intención de ser torturados y muertos. Esto es horrorosamente real, y no podemos sencillamente ignorarlo. ¡Pongámonos de rodillas ante Dios, e imploremos Su misericordia!, ¡Atemos el poder de la sangre derramada! ¡Atemos conforme el Espíritu Santo nos lo vaya revelando, a todos esos demonios y espíritus inmundos que acosan al pueblo de Dios y guían a los hijos del diablo a acometer las atrocidades más grandes para así obtener mayor poder! (Mt. 18: 18; Ef. 6: 12) ¡La batalla está servida!..y por favor, ¡quitemos a Halloween de nuestra vida!