¿Recuerda cómo su corazón latía cuando supo por primera vez que amaba a su pareja? ¿Qué pasó con esos sentimientos?
Un buen matrimonio debería ser como la buena música - apasionado, armonioso, colorido. Pero ¿sabía usted que hoy casi el 40% de los matrimonios cristianos finalizan en divorcio? ¿Qué podemos hacer al respecto?
Todos nos casamos por las mismas razones. ¡Soñamos construir una vida juntos, un éxito meteórico en nuestra carrera y mimar hijos, para pasar el resto de nuestras vidas con la persona que hizo que nos sintiéramos en las nubes! Sin embargo, esos sueños suelen desvanecerse bajo el peso de miles de presiones diarias. En este artículo quisiera compartir con usted las diez ideas más prácticas que conozco para ayudar a hacer crecer ese sentimiento amoroso - para hacer música hermosa con su pareja.
Si puede, lea esto en voz alta junto con su pareja. Entre paréntesis, si usted es soltero, está comprometido o divorciado, igual puede sacar mucho provecho de leer estas diez ideas. Así que, sin más vueltas…
DIEZ IDEAS
Escúchense el uno al otro: La comunicación siempre aparece como el problema número uno en las encuestas matrimoniales. La mayor debilidad en la comunicación con nuestras parejas es el problema de dar una respuesta demasiado rápida. Otorgamos un gran valor a nuestras parejas cuando nos escuchamos el uno a otro profundamente sin dar una respuesta demasiado rápida que critica o da consejos (dos cosas que temen todos). El escuchar lubrica el matrimonio y mantiene baja la fricción.
Pasen tiempos a solas, juntos: La cuestión es el tiempo - ¿quién lo obtiene? La forma en que pasamos nuestro tiempo revela lo que es realmente importante para nosotros. Las parejas exitosas pasan tiempo juntas. Leen la Biblia juntas. Desarrollan intereses compartidos, como jugar a los bolos, leer, caminar o ver obras de teatro.
Tóquense: Las parejas exitosas se tocan. Se abrazan, se estrujan, se hacen mimos, se acarician, se toman de las manos, se rodean con los brazos y se sientan lo suficientemente juntos como para tocarse cuando están frente a la TV. El toque no sexual conduce a la verdadera intimidad. Disfrutan del sexo, frecuentemente.
Aliéntense mutuamente con palabras: El aliento es el alimento del corazón, y todo corazón es un corazón hambriento. Nuestra pareja tiene una cuenta corriente emocional en la que hacemos depósitos y extracciones, como cuando estamos de mal humor al llegar a casa del trabajo o cuando alentamos a nuestro cónyuge cuando está caído. Todos necesitamos ser levantados cuando estamos decaídos, pero las parejas más exitosas dan un paso más. Las parejas exitosas crean un entorno positivo. Se afirman verbalmente el uno al otro en cada oportunidad. Tratan de atrapar al otro cuando hace las cosas "bien". Se transmiten los elogios que otros han hecho de su pareja. Nunca dejan pasar una oportunidad para expresar su aprecio: "Me encanta la forma que te arreglas el cabello", "Esa fue una gran cena", "Gracias por ser tan buen proveedor".
Acéptense incondicionalmente: Un hombre bajo presión dijo: "La razón por la que amo a mi perro es porque él me ama no importa lo que haga." El amor y la aceptación incondicional forman un fundamento crucial en los matrimonios exitosos. La necesidad más intensa de todo hombre y mujer es estar en una relación con una persona que realmente se interesa por él o por ella. Las parejas felices no sienten que tengan que simular para ser amadas. No sienten que serán rechazadas si no cumplen con un conjunto de normas. La intimidad significa que "yo sé quién eres en el nivel más profundo, y te acepto". Jesús nos acepta, "tal como soy", y las buenas parejas se aceptan mutuamente tal como son también.
Comprométanse el uno con el otro: Las parejas exitosas se comprometen a resolver los problemas. La palabra "divorcio" no se permite ni se pronuncia, no importa cuán alterado o enojado uno llegue a estar. Tienen un acuerdo sobre cómo manejar los conflictos. Han hablado sobre temas de cómo "luchar limpiamente" en condiciones pacíficas. Tratan de dejar de lado los temas menores. Se comprometen activamente a querer lo mejor para su pareja, a ayudarla a crecer como persona. Asegúrense de orar "por" y "con" cada uno - usted tal vez sea la única persona en todo el mundo que esté orando regularmente por su pareja.
Ocúpense de su futuro financiero juntos: Los problemas de dinero crean más tensión en el matrimonio que cualquier otra amenaza externa. La cuestión es esta: ¿está bien gastar tanto en un estilo de vida hoy que su pareja se verá forzada a abandonar cuando usted haya partido? Las parejas exitosas han resuelto vivir dentro de sus medios. No viven tan elevadamente hoy que no hacen previsiones para su jubilación o muerte prematura. No se meten en deudas. Saben que se cumple el Principio de Dinero de Morley: "La deuda es estúpida."
Ríanse juntos: El antídoto para el aburrimiento en el matrimonio es el humor jovial. Si su pareja cuenta un chiste, ¡ríase! (aun cuando él no sea Bob Hope y ella no sea Carol Burnett). Si ninguno de ustedes es cómico, asegúrese de ver películas cómicas y estar con amigos divertidos.
Hagan que cada uno sea la máxima prioridad del otro: Una vez llamé a tres amigos para pedirles que oraran por un desafío difícil que enfrentaba al día siguiente. Una semana después, terminé llamando a cada uno de ellos para hacerles saber cómo me había ido. Estoy seguro que yo he demostrado el mismo desinterés hacia mis amigos. La única persona con la que usted puede contar para que lo apoye siempre es su pareja. La regla por sobre todas las reglas para un matrimonio exitoso es: "Después de Dios, pero antes que todos los demás, hagan que cada uno sea su máxima prioridad respectiva. No dejen que nadie - ni siquiera sus hijos, pero especialmente sus padres - se interponga entre ustedes."
Sea cada uno el mejor amigo del otro: Oswald Chambers dijo: "La última señal de intimidad es compartir nuestras alegrías secretas." Las parejas felices se dedican a pasar tiempo juntos como amigos. Se comparten secretos mutuamente. Disfrutan de la compañía del otro. Se dan cuenta de que son los únicos que están en esto "juntos". Todos los demás están por sí mismos en cierta medida, aún los hijos. Pero las parejas son "una carne".
ALGUNAS SUGERENCIAS …
Para discutir: Conteste cada uno: ¿En cuáles de estas diez formas ha usted "invertido" en su pareja? ¿Cuáles le gustaría mejorar?
Para aplicar: Coloque una marca al lado de cada una de las formas en que le gustaría mejorar realmente. ¿Qué cosa podría hacer esta semana en cada área en la que le gustaría mejorar? Pregunte a su pareja qué podría hacer para mostrar una mejora en cada una de esas áreas. Escriba varias de esas ideas en los márgenes de este artículo y consúltelo esta semana como recordatorio.
ORACIÓN
Oren ambos: Señor Dios, te agradezco por mi pareja. Oro para que tengamos un matrimonio feliz y exitoso todos nuestros días. Señor, confieso que necesito trabajar en las siguientes áreas (nómbrelas). Dame el deseo y el poder para ser el tipo de pareja que sé que Tú y mi esposa/esposo quisieran que fuera. Ayúdame a ser una bendición. Amén.
CONCLUSIÓN
El matrimonio representa el máximo potencial de toda relación humana. La Biblia dice que "dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:24). ¡Vaya! En otras palabras, de alguna forma tiene lugar una "unión" mística en la que nos convertimos misteriosamente en "una carne" ante Dios. Ninguna otra relación humana puede acercarse a esta - ninguna.
Cuando haya terminado la fiesta y el papel crepé esté cayéndose y los sombreros de fiesta estén tirados por el piso, los hijos hayan crecido y se han marchado, y todos sus amigos se hayan jubilado o mudado, habrá sólo dos mecedoras lado a lado. Asegúrense de "invertir" el uno en el otro hoy para que puedan disfrutar plenamente esos tiempos especiales.
Así que, ¿qué idea ha resultado mejor para usted? ¿En cuál le gustaría "invertir" en los próximos días?
Así que, ¿qué idea ha resultado mejor para usted? ¿En cuál le gustaría "invertir" en los próximos días?
Patrick Morley es un líder de negocios, autor y orador, que ha sido usado en todo el mundo para ayudar a hombres y líderes a pensar más profundamente en sus vidas, a reconciliarse con Cristo y a equiparlos para tener un mayor impacto en el mundo.